viernes, 5 de agosto de 2011

> Romance del senador gomero

> Romance del senador gomero que, en lugar de silbar, rebuznó

>

> Narrar vos he una hestoria de mucho regocijo,

> d’un senador del Reino que fuesse con su fijo

> a çierta mançebía por aplacar el rijo.

> Empieço ya a contalla, que non seré prolijo.

> La noche en Magerit ya muy çerrada era;

> et padre et fijo, entrambos, andaban por la açera,

> façiendo muchas eses, con grande borrachera,

> por çelebrar que el fijo terminó la carrera.

> —Llevar te he, buen fijo (masculla el senador),

> a libar el penúltimo copaço de licor

> e, commo corresponde a buen proxenitor,

> quiçab a que te estrenes en lides del amor.

> Conoçer has muy pronto de Venus el arcano,

> en esta madrugada caliente de verano,

> et a partir de hodie non te farás, malsano,

> aquese amor que usas a solas con tu mano.

> El fijo, conmovido por ese rendibú

> et por la curda enorme, non le dixo ni mu,

> ansí que en un garito, que diçen "puticlú",

> entraron e pidieron un güisqui et un vermú.

> Había hurgamanderas, rabizas e raposas:

> algunas, sin clientes, fablaban de sus cosas;

> mas, viendo a padre e fijo, pusiéronse obsequiosas,

> moviendo con luxuria sus tetas abundosas.

> Al son d’aquella música de baile e de pachanga,

> al senador del Reino s’açerca una pendanga

> e diçe, remetiéndose por la verixa el tanga:

> —Ay, guapo, ven conmigo, qu’el preçio es una ganga.

> Al ver a la mançeba sin sostén ni refaxo,

> façiéndole, escabrosa, cariçia et agasaxo,

> el senador responde, con lengua de estropaxo:

> —Arrímate a mi fijo; caliéntale el colgaxo.

> Et ante las domingas d’aquella suripanta,

> el fijo en ese instante del güisqui se atraganta

> et una gomitona le sube a la garganta

> et a un otro cliente ençima se la planta.

> Et una grand trifulca con ello tuvo iniçio:

> por todo aquel tugurio de crápula e forniçio

> formóse gritería, escándalo e bulliçio;

> quebráronse cristales et ovo un estropiçio.

> Al ver la batahola, compareçió el rufián,

> que estaba allí enna puerta façiendo de guardián:

> s’encara a los causantes de todo aquel desmán

> e del local los echa con un tantarantán.

> Pues era el rufián ancho cual armario ropero,

> muy versado en los lançes del ambiente putero,

> e posedía músculos de bien templado açero,

> e sin esfuerzo expulsa a padre et heredero.

> El padre con el fijo se vieron en la calle,

> et al rufián a gritos quisieron insultalle.

> —¡Soy senador del Reino, a mí non me avasalle!

> Mas non le impresionaba al ruin ese detalle.

> De irse rumbo a casa buen momento sería,

> pora dormir la mona sin dubda hasta otro día.

> Mas fueron dando tumbos con bravuconería

> buscando por las calles una comisaría.

> Et por azar falláronla muy çerca, quasi enfrente,

> et en la puerta había d’uniforme un axente,

> et apremiolo el padre: —Venga inmediatamente,

> ca d’un burdel çercano echáronnos vilmente.

> —Señor, vaya a dormilla (responde el funçionario),

> que estoy de borrachingas fasta el antifonario;

> y ençima Çapatero redúxome el salario,

> pora pagar las debdas del "bum" inmobiliario.

> —Non sabe usted, axente, con quién está fablando;

> soy senador del Reino, con bromas no me ando:

> acuda al lupanar, que ya m’está tardando,

> sin rechistar ni pizca, porque yo se lo mando.

> Siguiéronse denuestos e muchos malos modos,

> e los demás axentes salieron fuera todos:

> aína detuvieron a aquellos dos beodos

> que daban reçios golpes con pinreles e codos.

> Non debo repetillos los vergonçosos tacos

> e crudas palabrotas de los dipsomaniacos:

> vexaban a los guardias talmente cual bellacos

> e quasi semejaban posesos demoniacos.

> Durmieron esa noche la curda en calabozo,

> egual el senador commo su fijo mozo.

> E fasta del burdel del malogrado gozo

> pusiéronles denunçia por daños e destrozo.

> E pide todo el mundo qu’el senador soez

> dimita de su cargo con mucha rapidez:

> a ver si algún político, d’una ramera vez,

> responde de sus actos sin trampa ni doblez.

> Acabo ya mi enxiemplo, benévolo lector,

> con una humilde súplica a Dios Nuestro Señor:

> después de que dimita aqueste senador,

> ¡que cierren el Senado: será mucho mejor!

>

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