domingo, 15 de julio de 2012

Actitud y aptitud de una presidenta


Actitud y aptitud de una presidenta

Eduardo Sanguinetti, Filósofo



La presidenta Cristina Fernández, en un acto de suma dignidad, respecto a la soberanía de Argentina sobre el archipiélago, se retiró de la VI Cumbre de las Américas, antes de la declaración final. Dicha decisión, firme y ética, se justifica en la no inclusión del tema Malvinas en la declaración final de la reunión. En mi calidad de “indignado” ante el ‘estado de las cosas’, por el que aún en este tercer milenio, los pueblos del mundo deben transitar, y lo cristalizo en mi proclama para “Los Indignados” por el conflicto de las islas Malvinas: “Siglos, que nos observan, nos han visto nacer, soportar, silenciar, rebelarnos y prepararnos a resistir, pues ha llegado la hora del cambio, y no hay más humano y más pleno que el cambio llevado a cabo y ejecutado para resistir al poder de las bestias, a la justicia criminal, a la avidez capitalista, a los políticos asesinos, a la inflexión de los intelectuales mercenarios, a la manipulación de las corporaciones económico-mediáticas, a las libertades restringidas, a la verdad que fue violada en toda su evidencia…¿no es razón suficiente?”.
La actitud y aptitud eficaz de la presidenta Cristina Fernández, en un accionar certero y puntual, para recuperar lo perdido en era menemista, se cristaliza en la expropiación de las acciones de YPF que manifestó en cadena nacional el lunes 16 de abril, recuperando la soberanía y control de los hidrocarburos, haciendo de Argentina un país viable por exceso de recursos y dando la espalda a las políticas empresariales monopólicas, que actúan siempre a favor de sus intereses.

La pregunta que me formulo luego, en cuanto al conflicto eterno con Inglaterra, es acerca de los habitantes de Malvinas ¿tienen derecho a elegir su pertenencia a una u otra nación?, pues en definitiva ellos son quienes la habitan, sumado a la instancia que nadie ignora de que existe una megabase militar británica en Malvinas y observando que la Armada de ese país realiza maniobras militares en el Atlántico Sur, la pregunta que se impone es: ¿por qué el Reino Unido negociará con un país sin Ejército?, pregunta que Inglaterra, acorde a su rutina imperialista y colonialista histórica ya se respondió y lógicamente, no tendrá el más mínimo interés de negociar en ninguna organización mundial acerca de nada, siempre fue así y lo seguirá siendo, pero ante las potentes y patrióticas decisiones, tomadas por Cristina Fernández, esgrimiendo una política de recuperar la soberanía sobre todo lo ¿perdido?…La doctora Cristina Fernández, en su actitud de retirarse de la Cumbre de las Américas, dejo bien sentado y sin dar lugar a ninguna duda, que la posición de su gobierno es muy seria y firme, al margen de cualquier instancia especulativa.

Inglaterra como dijo Winston Churchill “no tiene amigos o enemigos, solo intereses”, y me parece cierto, recordando la historia, pienso que ambiciona quizás más, por ejemplo, hacer suya la Antártida, el repositorio mundial de agua dulce y minerales más importante del planeta, como ya lo está demostrando en sus exigencias, devenida de su clásica política exterior, que consiste de manera persistente en ampliar, si se puede los territorios ya conquistados.

Argentina, no será una excepción a la regla de invasiones británicas a naciones democráticas o no, es cuestión de detalles, si visualizamos la historia reciente de Libia, Irak, Afganistán, Egipto y demás naciones de Noráfrica. También podríamos mirar el pasado y la historia es la misma. Inglaterra, conservadora en su política expansionista, pareciera desear conmemorar los treinta años de la reincorporación de las islas Malvinas al territorio argentino, con una escalada militar, una instancia fuera de tono, para quienes desean vivir una vida sin violencia de ningún tipo y darle “una oportunidad a la paz”, frase de John Lennon, asimilada a un discurso de la presidenta Cristina Fernández en relación al conflicto

Cameron y todo el Parlamento, junto a la corona británica, por cierto podrían hacer suyas las palabras del ciudadano británico y líder de los Beatles, John Lennon, me refiero a la canción “Imagine” que dice entre otros párrafos inigualables: “Imagina toda la gente/ vivir la vida en paz/ puedes decir que soy un soñador/ pero yo no soy el único/ espero que algún día te unas a nosotros/ y el mundo será como uno solo/ imagina que no hay posesiones/…ninguna necesidad de codicia o hambre/ una hermandad del hombre/ imagina toda la gente/ compartiendo todo el mundo/ puedes decir que soy un soñador/ pero yo no soy el único/ espero que algún día te unas a nosotros/ y el mundo vivirá como uno solo.”

Es hora de plantearse en idioma vernáculo, la actitud a tomar ante lo acontecido en la Cumbre de las Américas, donde un tema vital como “Malvinas”, fue excluido de la declaración de dicha reunión, como así también, no existe ninguna declaración con consenso unánime, en especial, por el veto ejercido por los Estados Unidos sobre el tema Cuba. José Mujica, en su modalidad tan transparente y clara, planteó la necesidad de incluir en la agenda de la cumbre el tema Malvinas y Cuba, pero solo recibió unas palabras halagadoras de Barack Obama, que en verdad, son fiel reflejo de lo que es don Pepe, un hombre que transita su existencia en austeridad, ética y personería de bien: “Vive como piensa.”

El tema de Malvinas será global mientras la escalada sea verbal, si llegara a pasar a mayores me parece que será demasiado regional y queda a voluntad de cada lector, obtener sus propias conclusiones, y que tome conocimiento, que si Argentina no ha recuperado las islas es por la prepotencia del Reino Unido y la indiferencia del mundo a seguir perpetuando la farsa de creer vivir en libertad y democracia, cuando dependen sus existencias de las decisiones de los denominados países del primer mundo. Los imperios capitalistas imponen su criterio siguiendo el derrotero de sus políticas caducas de avasallamiento y colonialismo, es norma aún en un mundo donde las comunidades aceptan pasivamente las tendencias pautadas por las corporaciones neoliberales y




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