sábado, 9 de febrero de 2013

CORRUPCION Mas-Iva. L. Soriano.


CORRUPCION  Mas-Iva.  
 L. Soriano.     
    No sé que quisieran oír que no hayan oído ni ver que no hayan visto. Esto tampoco es casualidad. Es fruto de planes bien trazados durante años de poder impune, donde además se han ido protegiendo, blindando, torciendo Leyes y violentando espíritus del Derecho. Y es asimismo común, generalizado, y afecta de una manera u otra a todos los partidos políticos que se benefician de los privilegios de los que gozan, y hacen lo que hacen porque pueden hacerlo. Porque los reglamentos o las normas se lo permiten. Todo con una ausencia de Ética y mucho menos de moral, que llama la atención. Y además con un secretismo en cuanto a lo que se dotaban y a lo que nadie y nunca ha renunciado, denunciado, ni si quiera advertido de lo “feo” que es apuntarse privilegios groseros por el mero hecho de pertenecer a un grupo social, casta o secta, diferenciado del resto de los ciudadanos que pagamos los platos del festín. Ante todo, debe de quedar claro que la Corrupción es Institucional. Esto para mi es poco discutible, ya que solo las Instituciones y sus representantes pueden modificar Leyes, sentencias, normas, dar o negar licencias, concesiones o mandatos. Que necesiten brazos armados empresariales o profesionales para perpetrar los desmanes y consumar los latrocinios, no iguala la responsabilidad. Si el ostentante del Poder no acepta la Coima, no ha lugar a corrupción posible. Confundir además a socios ladrones en operaciones privadas, con corrupciones de quienes nos detraen a la fuerza nuestras ganancias vía impuestos para apropiárselas, es otra perversión de los medios. La intoxicación nos invita a comparar los ladrones privados, que manejan fondos privados, voluntariamente cedidos, con los  ladrones públicos que roban nuestro esfuerzo. Lo grave de esta intoxicación es que llega a limites inauditos cuando se nos mandan señales de las más altas instituciones con aquello de que “bueno si se consiguen contratos para empresas españolas, no es reprochable que se queden con alguna parte del negocio”. La perversidad del argumento hace que tengamos que aguantar con arcadas que desde la Defensa del balonmanista, yerno y mandado, se esgrima “lo que el ha hecho por España, la vela y el golf en Mallorca” y otras sandeces mezquinas y malolientes. Y no se les esconda lo de “la injusticia de su empobrecimiento”, no mencionando la injusticia del enriquecimiento. Llegados a este punto de basura, debo también informarles, por si se les escapa que cada “mordida” que se paga en cualquiera de los campos donde campa la corrupción, incrementa el costo de las actuaciones que acometen los que se benefician. ¿No creerán que las absorben disciplinadamente los paganinis? Así toda la obra pública contaminada cuesta mucho más de lo que costaría la sana y limpia. Esto en cuanto a las privadas o vinculadas a los gobiernos de turno.  En cuanto a las públicas, esto nos lleva a otra tremenda conclusión, y es que el dinero que se recorta cuando la recaudación salvaje acaba cayendo, es siempre de gasto social. Muy dados a confundirlo con el gasto publico o a confundirnos para parapetarse tras el. Así, el dinero que se derrocha o malgasta, impide que discapacitados, enfermos, dependientes, pensionistas, y necesitados en general, sufran, para que el Mandatario, Asociacionista subvencionado o Sindicalista de turno, pueda disfrutar de sus inmensos privilegios autoconcedidos. Esto divide al país y a los grupos sociales, pero no tenemos por la inmunidad y la impunidad construida, con la Justicia que los juzga manumitida, capacidad de desmontarlo. Entonces necesitaríamos un suicidio desde dentro, y esto lógicamente es poco viable. Quiero llegar a más. Los dramas que provoca la corrupción por el desvío de fondos a bolsillos privados de pertenecientes a Instituciones públicas se transforman en muchos casos en Tragedias, para lo que se requiere sangre o muerte. Y no exagero. El aumento de la crispación, deviene en aumentos de ansiedad por embargos, desahucios, quiebras, cierres, lo que incremente la posibilidad de accidentes o cuadros clínicos con resultados de muerte. Además de ser factor adicional a otros que llevan a algunos suicidios que aumentan con las crisis económicas graves. Por todo lo expuesto creo que es muy lógico que tratemos por todos los medios de acabar con la corrupción a todos los niveles y por todos los medios. Una tangentopolis bien estructurada y con castigos y penas ejemplares a los delincuentes que los disuada para siempre del asalto a las cuentas públicas a la vez de una concienciación y selección de los que acceden a los puestos desde donde se tenga poder y mando. Eliminemos a la clase política de la gestión en todos los estamentos del estado. Es urgente, pues causa daño y dolor.
A reflexionar.                                                                            

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