sábado, 2 de febrero de 2013

DEMOCRACIA CORRUPTA por Juan Henríquez


DEMOCRACIA CORRUPTA
Juan Henríquez
¡Se resisten! Pero, ¿quiénes son los que se resisten? Pues aunque parezca una aberración humana, son todos y todas aquellas personas a los que a través de las urnas les hemos dados poderes para velar por la libertad y la democracia. Aunque conviene matizar, que con la actual ley electoral, mi voto es indirecto,  porque si quiero votar a un partido concreto no tengo otra opción que votar la lista que ellos me proponen, donde en la inmensa mayoría de los casos los candidatos/as  han medrado en base al peloteo y las puñaladas traperas. Me gustaría lanzar una pública pregunta: ¿cuántos/as de las personas que figuran en las candidaturas serían votadas en el supuesto de presentarse en listas abiertas? Me arriesgaré a equivocarme, pero no creo que superen el 10%.
Se han inventado de todo y no terminan de aceptar que el problema son ellos, los políticos elegidos en una democracia corrupta que necesita de una urgente reforma constitucional. El paro y la corrupción son sólo la punta de un iceberg a punto de reventar. Antes distinguía entre la clase política al honesto y al corrupto; siempre pensé que en su inmensa mayoría venían a servir al pueblo, pero también, que los había que venían a servirse del pueblo. Ahora me niego a repetir aquella afirmación, sólo distingo a dos clases de políticos: los corruptos y los cómplices. Porque nadie me va a convencer de que para que haya ladrones, en la política hablo, tienen que existir los encubridores. Y además son todos/as  cómo  Juan Palomo: yo me lo guiso, y  yo me lo como. Más claro: entre corruptos y cómplices se montan las comisiones de investigación, y sí te vi, no me acuerdo. ¡Sigan bailando!
El pasado sábado declaraba el conservador Alejo Vidal-Cuadras, salvando el pellejo: la situación exige una reforma profunda en los partidos políticos. No señor, con esa propuesta no resolvemos nada. O nos dotamos de una democracia real y participativa, o corruptos y cómplices seguirán haciendo de las suyas. ¡Reforma constitucional, ya!

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