lunes, 25 de febrero de 2013

DESLEGITIMACION por L. Soriano


DESLEGITIMACION

L. Soriano
En estos momentos, y hasta que el cerro de los casos de corrupción que asolan el país no sean aclarados, puestas las normas más rigurosas para evitar que se puedan dar la inmensa mayoría de ellos,  hasta que la Política no salga fuera de las decisiones estrictamente económicas y de gestión y la meritocracia  personal u oferta más rigurosa en las acometidas vuelva a ser el norte de las decisiones de inversiones públicas, debemos suspender y no atender al Terrorismo Fiscal que nos han aplicado y que nos tiene exhaustos como país y como ciudadanos. Asimismo, debemos procurar y exigir previamente la devolución íntegra de todos los atracos perpetrados. De todos los sobreprecios pagados y de todas las prestaciones, sueldos o adjudicaciones cargadas en las espaldas de los contribuyentes. La eliminación de absolutamente todos los gastos superfluos o de status que tengan los políticos o sus allegados, así como el cierre de todas las empresas públicas como medida higiénica dada la deriva tomada. Elegir entre Diputaciones o Cabildos y Autonomías, reducir los Ayuntamientos al mínimo despolitizándolos absolutamente y cercenando los “nidos” de corruptelas, amiguismos y adjudicaciones a dedo. Además necesitamos que cada organización se sostenga con sus afiliados, así los Sindicatos y las Patronales deberán autofinanciarse, y la formación debe darse en centros apropiados y con personal cualificado  con control riguroso de todo céntimo destinado a ello. No soy capaz de entender porque dicen que eso no es posible. Lo que no es posible es que sigamos endeudándonos de una manera absolutamente desquiciada y que no podremos pagar de ninguna manera, dejando el problema a los que gobiernen dentro de 10 años y a nuestros hijos y nietos. Para que ellos puedan ahora salir indemnes y con los bolsillos llenos de dinero.                 Así pues, creo que convendrán conmigo que están absolutamente deslegitimados para la “masacre” fiscal que se está haciendo con nosotros, debemos resistirnos, agruparnos, plantar cara colectivamente, corporativamente. Nada de suicidios individuales inútiles. Nos separan, nos desunen, nos confunden y nos sobornan para que no actuemos en conjunto y les dejemos sin su recaudación perversa, que lo único que consigue es mantenerlos en sus poltronas y viviendo por encima de cualquier ciudadano. Nos cuesta muy caro este sistema/modelo, sus emolumentos mas los sobrecostes, mas los empleos innecesarios creados para sus relativos, allegados o parientes. No tienen legitimación para pedirnos que contribuyamos los desnortados impuestos que nos solicitan hasta que no nos garanticen absolutamente que no serán destinados al robo, al latrocinio, y  a la prevaricación.                                          Creo que las agencias tributarias deberían dedicar en estos momentos todos sus esfuerzos, no en perseguir a los pequeños y medianos empresarios que luchan por sobrevivir y por alimentar a sus familiares y a sus empleados. Ni a los profesionales que se las ven y las desean para sobrevivir en este mundo de multinacionales. Ni a los empleados o funcionarios que se deducen alguna pequeñez o mezquindades de valoraciones, impuestos de sucesiones trágicos, y embargar cuentas y propiedades de indefensos ciudadanos. No. Si la decencia y la ecuanimidad fuera su norte, las Agencias Tributarias deberían encausar a los defraudadores de lo público, a los que hinchan los costos de obra pública, a quien prevarica, a quien tiene enriquecimiento sobrevenido injustificado dedicándose a la cosa pública y a quien no actúe con la transparencia y escrupulosidad en el manejo de los fondos públicos. Pidámoslo con fuerza y resistámonos al expolio por los indecentes. A reflexionar.
Reflexiones L. Soriano


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