domingo, 3 de febrero de 2013

EL CURIOSO FENÓMENO DEL ROCANROL



EL CURIOSO FENÓMENO DEL ROCANROL

Eduardo Sanguinetti
filósofo rioplatense


Cuando nos reunimos en aburridos e irrelevantes foros intelectuales o políticos, para compartir puntos de vista sobre los grandes temas del mundo, se deja el rock ‘n’ roll y sus representantes de lado, como si este curioso fenómeno nacido en la década de los /50, en Estados Unidos, como réplica y denuncia directa y potente de los jóvenes hacia el sistema capitalista y sus crímenes, unido al movimiento de la cultura beatnik, pareciera que fuera producto de otra realidad y de otro planeta.

La vida y obra de personajes como John Lennon, Bob Dylan, Johnny Cash, Jim Morrrison, Bob Marley, Brian Eno, Mike Oldfield, Frank Zappa, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Sinead O’Connor y tantos otros, autores de innumerables himnos de rock, baladas sinceras, poesía de la resistencia, protestas, y canciones de amor, compartiendo el sentimiento de propósito y la esperanza contenida en el mismo, testigos de la frustración, la hipocresía y la desesperación que tan regularmente dominan los titulares de los monopólicos medios que siempre remitieron al rock ‘n’ roll, a miles de kilómetros de distancia, de estas tristes realidades.



La ausencia de un sitio en los espacios de poder para un representante del rock es una vergüenza que actúa como un secreto a voces. Intentar ignorar y dar la espalda a semejante movimiento -sin par en las últimas cinco décadas- hacen caer una sombra de discriminación y traición a todos, y somos cientos de millones en el mundo los que en nuestra juventud, y aún hoy, hemos creído en todos esos grandes ideales, manifestados en letras de canciones y melodías inolvidables, aún vigentes, escuchadas y disfrutadas y sentidas por millones de jóvenes de las nuevas generaciones, en los más diversos idiomas y regiones, que replican en sus vidas maneras y modos asimilados a esta cultura, a pesar de las desviaciones, devenidas en infiltrados y oportunistas, que desvirtuaron el sentimiento que animó al rock, incluso marcando rumbos equívocos desde los medios de comunicación, siempre tendenciosos del siempre vigente capitalismo, que irónicamente motivó la esencia de principios que dio origen al movimiento, en su sonido y letras, cual alarido de una generación (la de los /50 y /60), indignada y harta de las guerras, de la segregación racial, del hambre en el mundo, de la educación caduca, de la depredación de la naturaleza, de las desigualdades siempre vigentes, de los dogmas de fe y del progreso a cualquier costo.

Instalo este tema, asimilando la vida austera de Pepe Mujica y su discurso por la paz y en desfavor del consumo, pensando que “nada es definitivo”, pues consigue asimilarse, quizás sin manifestarlo o hacerlo suyo, a la cultura y generación del rock, en contraste con los pacatos y previsibles políticos de todos los tiempos, tan azarosos y reiterados en su prédica fuera de tiempo y espacio, solo para temerosos y creyentes de deidades con activos corpóreos.

Esto conduce a un enfoque coherente, una concepción dinámica de la ideología de la cultura, y de su significado para aquellos de nosotros que, a nuestra manera, creemos en el rock ‘n’ roll como el movimiento cultural y popular más importante del siglo XX, y puede ser descrito en términos de cohesión sólo si se trata de algo más que un mero entretenimiento de consumo y travestismo. En su origen, fue autónomo el “movimiento” al que los adherentes eligieron unirse, y eligieron aceptar sus tiempos, ideas e ideales, con sus muertos y sobrevivientes que han trazado de manera espontánea y natural el sentido y la forma que hoy tiene, enfrentando a miles de detractores rentados que el poder político y religioso pusieron en acto, para defenestrarlo, pero que dio por tierra con todas las previsiones de los profetas sociológicos y de la crítica moralista de cultura burguesa, a lo largo de décadas.



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