jueves, 28 de febrero de 2013

TRINCHERAS .- L. Soriano


TRINCHERAS

L. Soriano
  El paro en España está provocando una inmensa trinchera que divide al país por una franja generacional. En este momento el mapa laboral de cierre del año es el que sigue:
4T 2012         22.922,4        16.957,1        5.965,4           59,80  26,02
Se lo trato de explicar. En el 4º trimestre del 2012, hay casi 23 millones de españoles en capacidad de trabajar, de los cuales hay trabajando casi 17 millones, casi seis millones de parados, lo que arroja un paro del 26% y un empleo de casi el 60%. Si tenemos en cuenta que en los países desarrollados hasta  un 7% dependiendo de las economías, se puede considerar pleno empleo, según los datos oficiales tenemos un 20% de paro “oficial” estimado cierto.  Según el Presidente de la CEOE, eso es falso, y aunque no dice si es que cree que hay más o menos, hemos deducido que menos, y si es así, yo creo que esta en un error. Lo digo porque los autónomos no figuramos sino acaso buscando empleo y los que están en cursos y en otras actividades oficiales tampoco, y convendrán conmigo que a falta de estadísticas fiables, un millón y cuarto mas se podría añadir sin errar demasiado. Otra salvedad es que buscar datos del empleo público es difícil, parece que les cuesta ser claros, y datos desde el 2010 son confusos. Pero reconocen unos tres millones y poco, un 20% de los empleos totales, lo que significa que trabajadores productivos en el sentido de aportadores de recursos son unos doce  o trece millones como máximo. Entiéndaseme. Un medico es productivo, produce salud y bienestar, un policía produce seguridad o al menos debería, y un juez produce justicia, en fin..., sin comentarios. Pero sus sueldos y por ello sus retenciones y aportaciones vienen de las cuotas o ingresos fiscales de los doce millones que aportamos de actividades económicas reales. De lo que se deduce pues que un 35% aproximadamente de los cotizantes sostienen al país entero. Para que esto ocurriese, todos tendrían que pagar esos impuestos confiscatorios y desnortados de imposible aplicación a nuestra economía de peculiares circunstancias. Pero eso no ocurre porque a muchos no les compensa contribuir a sus desmesuradas obligaciones, o simplemente no pueden por mera subsistencia vital. Si a esto se añade la corrupción Generalizada sin paliativos de arriba abajo que además encarece la obra pública al doble y los gastos sociales en mucho por la nefasta gestión, el panorama es de imposible funcionamiento sin graves convulsiones, revoluciones o drásticas soluciones. Pero ¿qué es lo que provoca toda esta serie de perversidades que ocurren en nuestra economía? Pues una honda trinchera generacional insalvable y de dificilísima reparación. De un lado los 14 millones aproximadamente de trabajadores por cuenta ajena con un exceso de “derechos” que no tengo más remedio de tachar de privilegios al no ser extensibles a todos los demás, y de otro lado los aproximadamente 9 millones entre parados y autónomos que no tienen derecho a nada absolutamente. Cierto y verdad que la minoría se equilibra cada día, y si bien esta nutrida en su mayor parte de jóvenes de menos de 35 años, continuamente se les unen al otro lado de la trinchera gente de mayor edad y muchos de más de 50 años de dificilísima reinserción laboral. El verse en un momento determinado a un lado disfrutando de unos convenios enloquecidos y de unos privilegios en cuanto a horas de trabajo, vacaciones, días libres y prebendas sin cuento, y de repente al otro donde todo es recorte, sueldos bajos, horarios amplios y exigencia productiva, cuando no paro absoluto y falta de ingresos y recursos, produce una sensación horrible, máxime porque los de menos de 50 años siempre han creído que esto se sostendría así o como poco aumentarían los privilegios. Los políticos embusteros y compra votos, se lo habían asegurado y les gritaban, “a consumir”, porque sus derechos estaban garantizados. Por todo lo anteriormente expuesto, defender Numantinamente unos privilegios para una parte menguante de población, dejando en la miseria paupérrima al resto es inadmisible. Los que los defienden y los que los amparan como esos sindicatos jurasicos que además son un club de millonarios que reciben centenares de millones de euros por todas partes de la administración para garantizar “la paz social”, hacen un flaquísimo favor al país en general.                                        He procurado mantenerme algo al margen de opinión, para que ustedes saquen sus propias conclusiones, pero es muy difícil sin señalar quienes ponen los palos en las ruedas con discursos demagogos de corte Bolivariano.              Que no les engañen y  confundan en donde buscar al verdadero enemigo.                                                                                               A Reflexionar.
Reflexiones L. Soriano


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