martes, 18 de junio de 2013

LA ERA DEL PLURALISMO FUNDAMENTALISTA

LA ERA DEL PLURALISMO
 FUNDAMENTALISTA

Eduardo Sanguinetti 
 Filósofo Rioplatense


Manifiesto mi total rechazo a todo tipo de poder, que es feo, malo y sucio: en dictaduras de facto, como así también en dictaduras democráticas.

Día a día nos humillan e intentan degradarnos con la consigna de instalar “miedo” en el espacio de nuestras naciones, por el estado de “inseguridad”, en que vivimos: inseguridad que, como espectáculo ultramediático, fue instalada por el poder. La noticia reiterada hasta el cansancio desde un medio de comunicación, sobre tal o cual asesinato, robo, secuestro, “causa célebre”, sin respuesta aparente, deviene en crear en la información mediática el acto de intercambiar datos inconexos pero de manera instantánea, en el afán simulado de comunicar “algo”.

Los trascendentes temas que deberían ser analizados y tratados hasta lograr soluciones concretas, en los Organismos creados para tales fines, son: Guerras programadas y el hambre como endemia, en África, Medio Oriente, Asia y Latino América. Pero qué importancia tiene esto para las Naciones Unidas, y qué me dicen, queridos lectores, acerca de las migraciones de países emergentes a estados del primer mundo, conectados al tráfico de prostitutas, drogas y armas que consumen nuestros jóvenes en porcentajes terroríficos. ¿No se podría de una vez por todas comenzar a finalizar con el flagelo cueste lo que cueste? El poder no está ausente en este tema, su anuencia es comprobable, y no se puede ignorar a nuestros políticos con un índice de credibilidad en Latinoamérica del 3% como promedio, en Argentina, mi tierra, es del 1,5 % , instancia muy grave, ya que los pueblos no dudan hoy que les han robado el futuro, haciéndose dueños del pasado.

¡Ah! y la educación que se promete y no llega; hablo de la que está por venir, no de la degradada educación para habitantes del siglo XX que ya fue y la cultura que no tiene referentes que puedan crear corrientes de opinión, simplemente se remite a personeros del poder disfrazados de torpes escribas de baja estofa, que regurgitan lo ya pensado, lo ya construido, lo ya descubierto, una cultura manipulada por “prostitutas del conocimiento prêt -à- porter”, y la humanidad, pobre humanidad, se cocina un porvenir, borrando huellas.

Pero me pregunto, lectores de LA REPÚBLICA, si no debería de todos modos presentar alguna cosa optimista, al estilo de los tiranos, cómo se hace dinero o bien cómo se pierden los amigos y el dinero. Que me hagan sonreír los que gobiernan, los fanáticos o los mercenarios del poder, no es casualidad. ¿Cómo se hace de un hombre puro y honesto un criminal de un día para otro? Todo es prehistoria altamente filosófica e insoportable en una humanidad en estado presocial.

Mientras desde los poderes se proponen modelos suaves, dulces, débiles, tan complejos y sutiles como una caricia, la realidad dispone y se entrevé rotunda, agria y dura como una trompada. Un Pluralismo Fundamentalista (¿?) que se previene contra el cambio proclamándose la Era del Cambio. Una situación de bajas defensas, para el advenimiento de todo tipo de nostalgias de disciplina o de obsesión de diferencia, la puerta abierta a fundamentalismos, racismos, academicismos y mesianismos camuflados de progreso.

Entonces, a modo de corolario, la dictadura militar fue atroz, como también sus consecuencias; y el después, ¡qué duro es el después! Revisionismos oportunistas realizados por Don Nadie, Don Ninguno, Don Cualquiera, que actúan en nombre del “Nunca Más”, de la “Memoria” en un pliegue de espectáculo, para poder hacer y deshacer en antojo y capricho lo que sea: armar la historia de personajes ridículos, elevados a categoría de héroes, por decreto. Como víctima del terrorismo de Estado, no puedo dejar de manifestar mi desagrado hacia este sistema, que no se acomoda a lo que en “un tiempo que fue hermoso” (Sui Generis dixit) esperábamos seguir construyendo, con nada, pues el secreto radica en liberarse de la esclerosis que lo ha tomado todo y que nuestro instinto y sensibilidad actúen con toda la espontaneidad que los caracteriza, para lograr el prodigio de que el milagro de un “mundo donde quepamos todos” se cristalice.

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