jueves, 15 de agosto de 2013

YO SOBRE, TU SOBRE, EL SOBRE…

YO SOBRE, TU SOBRE, EL SOBRE…

Por Cándido Quintana
Yo creo, presente de indicativo del verbo creer, como con seguridad el resto de su conjugación, que los famosos sobres del Partido Popular obedecen a una estricta verdad, igual que el dinero de -caja b- o negro que soportó, y no se si aún sigue soportando, esos pagos de ricos en época de pobreza generalizada. Es una situación normal en esta época de corrupción generalizada por la que atraviesa España.

 Dicho esto y esperando que el juicio llegue a buen fin, entendiendo por ello que el veredicto final se ajuste a la verdad que algunos ya han reconocido, procede cerrar esta nueva vergüenza del día a día español de la mejor manera posible. De la forma que más se ajuste al interés general, al interés mayoritario del Pueblo.

 Una fórmula que dejaría las cosas mejor y las heridas más cerradas, otras penas y responsabilidades políticas aparte, es que esos dineros pagados durante años que aparecen en esa contabilidad “B” del Partido Popular de Bárcenas, aunque hubiesen prescrito, se rescaten nombre a nombre de la forma que proceda y se integren en la Caja “A” del Estado, para mitigar penurias.

 Cada vez está más claro que los dineros que mueve la corrupción no son el “chocolate del loro”, como algunos lo catalogan para restarle importancia. Al contrario, significan una parte muy importante de los dineros de los que hoy carecemos, de esos que se les están restando a los servicios más básicos, como sanidad, educación, etc. Echémosle si no una visual a lo que ha significado para Tenerife y sus arcas públicas, tramas como Las Teresitas, García Cabrera, Siliuto, Parque Marítimo, etc., para hacernos una simple composición estatal, ¡impresionante!

 Y algunos me podrían preguntar, ¿y porqué los dineros de los sobres de Bárcenas a las Cajas del Estado y no a las del PP? Yo creo, y vuelvo a conjugar el verbo, que esos dineros tienen la procedencia que tienen, donaciones empresariales por encima de lo que permiten las leyes, y sus titularidades pueden que coincidan con beneficiarios de licitaciones públicas. Por todo ello, y vuelvo a Las Teresitas como ejemplo, las sobre valoraciones de lo que se compra desde lo público o de las concesiones a empresarios generosos, dejan los amplios colchones de dinero público que dejan, que en vez de ser repartidos deshonestamente, se podrían haber rebajado en el pago, o sea, ¡son de TODOS!

 © Cándido Quintana
 Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz

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