sábado, 8 de febrero de 2014

Experiencia del Aula de Periodismo del Instituto “Andrés Bello”




El VIGÍA
Experiencia del Aula de Periodismo del Instituto “Andrés Bello” de Santa Cruz de Tenerife (1988 – 2004)
Edmundo Hernández Cabrera
Alumno de 4º Curso
Facultad de Ciencias de la Información ULL

Antecedentes


Los antecedentes vienen precipitados por la implantación del programa Prensa Escuela, del Ministerio de Educación, cuyos efectos, según Javier Pallesta[1],  se empiezan a constatar en los centros a partir de 1986.

De esta forma, en el Instituto “Andrés Bello” de Santa Cruz de Tenerife, se impartía la asignatura Periodismo, asignatura optativa que estaba destinada al aprovechamiento por los alumnos de 2º de BUP y 3º de BUP, con dos horas lectivas por semana para cada uno de los grupos.

En el curso 1988/1989, los alumnos del centro, con la colaboración de los profesores habían creado y publicado la revista escolar “¿TENTERAS? “ Pero fue en el siguiente curso, 1989/1990 cuando se incorpora al centro el profesor del Departamento de Filosofía, Roberto Cabrera, al que se le encomienda impartir la asignatura de Ética, al tiempo que hacerse cargo de la optativa Periodismo, perteneciente a este departamento,  y de su desarrollo en el Aula de Periodismo

Roberto Cabrera ya tenía experiencia en el mundo editorial, pues además de su profesorado, y motivado por una innata aptitud de creador orientada hacia la literatura y la música, tenía varios discos y libros publicados, había sido el creador, editor y director de la revista literaria “Menstrua Alba”, en la que se expresaban puntualmente los artistas de las islas, no solo escritores, ya narradores, ya poetas, sino los pintores, los músicos y los escultores, los cineastas, en definitiva cualquier actividad artística. Todo ello le proporcionaba un vasto conocimiento del panorama editorial en el contexto que nos movemos.

En la primera reunión planificadora se decide continuar editando una revista en el centro, elaborada por alumnos y profesores, pero dándole una nueva orientación que se base en las ideas de Frainet[2]. Se empieza  por cambiar el nombre de la revista por el actual de  “El Vigía”, destacando ya, con este gesto, una cierta ambición de estar atentos a los acontecimientos interesantes  para comunicarlos lo antes posible.

Poco a poco se fue configurando, desde el Aula de Periodismo, lo que sería la revista. De entrada se contaba con una redacción en la que existía una sala con ordenadores (386) conectados en red, la experiencia del profesor de la asignatura en esos cometidos y la amplia bibliografía existente sobre el tema.


Puesta en marcha de la Redacción

El sistema utilizado para la redacción de artículos era encargar a cada alumno recopilación de 4 o 5 noticias sobre un mismo tema, y de ese tema, utilizando esas fuentes, elaborar un artículo periodístico. Al principio practicando la intertextualidad, pero poco a poco introduciendo técnicas periodísticas comentadas en las charlas teóricas puntuales, que sobre diversos aspectos de la comunicación, se daban con frecuencia, y que conducían a facilitar la expresión de forma más interesante. Se aprovechaba la documentación obtenida para realizar análisis comparativos de textos publicados en los diferentes medios.

En el Aula de Periodismo, no solo participan los alumnos matriculados en Periodismo, también lo hacen los alumnos de Ética, puesto que la asignatura se presta a comentarios y trabajos sobre temas candentes de la actualidad. Estos trabajos de ética también se convertían en artículos periodísticos.

Eran variados los temas que se tocaban: de filosofía, ética, ciencias sociales, historia, antropología, economía, lengua e incluso estadística.

El uso que se ha realizado de los medios de comunicación en la Escuela se ha centrado mayoritariamente en la prensa, desde el punto de vista de la utilización instrumental del diario como material de clase, especialmente como apoyo a las materias de lengua y de ciencias sociales. Entre los beneficios del uso de este medio en el ámbito escolar, se encuentra la conexión de la enseñanza con la reali­dad, las posibilidades de servirse de los problemas cotidianos, además de acercar al alumno y familiarizarse con los medios de comunicación de masas para integrarlos en la educación[3]

De esta manera se cumplía con la función encomendada para esta asignatura. El Aula se componía de grupos de alumnos, nunca menos de 8 ni más de 20. Cada uno de estos grupos participaba activamente en el Aula, repartiéndose las tareas de la redacción y colaborando activamente en la elaboración de cada número de la revista.
Sacar la revista a la calle

Una vez conseguido el contenido, o gran parte de él, se planteó la necesidad inmediata de sacar la publicación a la calle, y que esto fuese desde el primer número. Para ello se contó con la infraestructura del Aula de Periodismo, ya comentada, los ordenadores conectados en red, donde se confeccionaban y depuraban los textos, escritos en Word Perfect, que triunfaba por aquella época, e introduciendo algunas fotos escaneadas.

Sacar un número a la calle, era costoso. El cálculo mínimo estaba en torno a las 200.000 Pts. Había que dotarse de capital si se quería emprender una obra de esa envergadura y así fue como comenzó la labor de dotarse de recursos económicos.

Primero se pensó en los proveedores de instituto, diversas empresas comerciales que desde hace mucho tiempo se han beneficiado de un negocio que se fundamenta en la existencia de los alumnos, es decir, viven de ellos, por tanto es totalmente lícito el intentar que de algún modo reviertan parte de esas ganancias en la formación de los alumnos.

Con este argumento consiguieron tener como sponsors de la revista a dichos proveedores: las empresas suministradoras de papel, las librerías, las cerrajerías “hay que ver la cantidad de cerraduras y juegos de llaves que hay que hacer en un instituto”, tiendas de deportes, de instrumentos musicales, RRPP de cervezas, además de las APAS, la Dirección General de Centros  y La Dirección General de Cultura. Todo dispuestos a colaborar, eso sí, a cambio de la publicación de la correspondiente publicidad.

Entre lo que proporcionaba el instituto, y los ingresos por publicidad, se recaudaban las 200.000 pesetas y con ellas se sacaba a la calle uno o dos números al año.

Resuelta la parte económica, había que resolver la elaboración de contenidos. Estos se basan en tres pilares fundamentales: El periodismo de investigación, que lo realiza el Aula de periodismo; La antropología cultural y la literatura canaria y universal, y para ello se cuenta con: El equipo de redacción, integrado por los alumnos matriculados en el Aula de Periodismo, y además de estos,  la revista ha contado desde sus comienzos con colaboradores de prestigio; entre ellos pueden encontrarse: premios Canarias, musicólogos, estudiantes, escritores y periodistas profesionales; alumnos de secundaria y universitarios, profesores, etc.

En lo que se refiere al diseño gráfico, los editores han cuidado que la publicación guarde una estética que esté acorde con las más recientes reglas del diseño gráfico, y para ello han realizado incursiones en estas tendencias, experimentando en el manejo de programas de autoedición y  utilizando la experiencia y el buen hacer de un antiguo alumno del centro, Aureliano Marrero, con gran dominio sobre programas de autoedición[1]. 

La empresa “Fotomecánica Contacto” fue la encargada de llevar a cabo el montaje fotomecánico de sus páginas. La impresión de los ejemplares con los que cuenta cada edición los realiza la imprenta “Imprecan[2]” Y por último: de la distribución de los ejemplares hacia sus puntos de venta, se encargaba la empresa García y Correa”

Como en una declaración de principios, la publicación nace con el carácter de una periodicidad bianual y manteniendo un enfoque, tanto en contenidos como en diseño y presentación, orientado hacia público joven con proyección intelectual.

Uno de sus principales cometidos es el de  contribuir a la formación de futuros escritores y periodistas, libres y creativos, desde su edad más temprana.

Con este fin se realiza su distribución en los ambientes en los que sus destinatarios se mueven, ya sea en los domicilios de los estudiantes, clubes de amigos, hemerotecas, centros de trabajo, librerías, kioscos de prensa, etc.

El primer número, ya en los kioscos

En 1992 se publica el primer número de la revista “El Vigía”, editada por el Aula de Periodismo del Instituto Andrés Bello de Santa Cruz de Tenerife, bajo la dirección del profesor Roberto Cabrera. En esta ocasión la tirada fue de 1.500 ejemplares.

Desde este primer número se puede observar que los contenidos se basan en tres pilares fundamentales: El periodismo de investigación, que lo realiza el Aula de Periodismo; La antropología cultural y la literatura canaria y universal, donde participan alumnos de ética, profesores y colaboradores.

Ya hemos comentado con que fines se realizaba la distribución de la revista, ahora comentaremos los diferentes lugares que expresan de por sí el compromiso multicultural de la publicación.

Se envían ejemplares a la Hemeroteca de la Facultad de Ciencias de la Información, Campus de Guajara, que han sido objeto de estudio para trabajos académicos; su distribución llega no solo a todas las islas Canarias[3], sino que se extiende a otros países[4] como Cuba, Alemania, Argelia, Venezuela[5] y Senegal. Concretamente en este último país, se lee en el departamento de español de la Universidad Cheick Anta Diop[6], en Dakar, y en alguno de sus  institutos de secundaria.

En el transcurso del tiempo se han ido sumando a la experiencia diferentes colaboradores que se publicitaban en la revista, destacan entidades bancarias, como Cajacanarias; entidades comerciales, como Deportes Lovero; entidades culturales como, el Centro de la Cultura Popular Canaria, la Asociación de Pintores y Artistas Canarios, y el Ateneo de La Laguna, entre otros

Incorporación de nuevas secciones y contenidos

 Poco a poco se fueron conformando las diversas secciones de la revista, y en torno al concepto encerrado en su denominación, se iban agrupando los diferentes contenidos de acuerdo con su naturaleza.
Por ejemplo, en el nº 1, Que tiene como tema central la Música Africana, sacó un suplemento dedicado al argot y el lenguaje de los graffiti.
Una sección siempre presente es “A Contraluz”, concebido como cercano a ir contra la corriente y hacer un periodismo de investigación. En esta sección aparecen artículos que investigan sobre los orígenes del periodismo en Tenerife tratando de llegar a descubrir los primeros periódicos editados, el artículo sostiene que el periódico editado en Tenerife era  “El Tinerfiano[7]

Mientras tanto, en el Aula se trabajaba sobre las habilidades del periodista, los conceptos de la noticia, el acontecimiento. La clase de ética se prestaba a llevar los periódicos a clase con noticias y temas de actualidad para comentarlos.

Otras actividades

El Aula de Periodismo realizaba además otras actividades: Paralelamente a la edición de la revista, se sacaba “El Vigía Boletín”, una hoja suelta que se distribuía y en la que se anticipaban los contenidos de la revista, temas sobre los que se estaba trabajando o se iba a trabajar y sobre los que había que buscar las fuentes de información necesarias.

Otra actividad eran las presentaciones de la revista. Estas presentaciones se hacían antes de cada número, se hicieron en diferentes centros culturales y con figuras invitadas del mundo de la literatura y el periodismo. Se realizaron en el Club La Prensa, del periódico El Día; en La Sala San Borondón, del Centro de la Cultura Popular Canaria; En el Instituto Viera y Clavijo; En el Espacio Guimerá; en la emisora de TV, Canal 7

Los alumnos del Aula de Periodismo han participado en el Primer Proyecto Europeo Escolar “Sócrates” efectuando intercambios entre alumnos de Noruega y Tenerife, en una ocasión, y en otra ocasión con alumnos de Grenoble, Francia.

Estas salidas internacionales provocaron que se creara un concurso de redacciones en Ingles, del cual se hizo puntual eco la revista.

A menudo surgía la necesidad o la idea de crear una nueva sección en la revista, como es el caso de la dedicada a los Comics. También se organizaban visitas de alumnos a los que participaban en la confección de la revista Imprecan, Contacto, García y Correa, Litografía Romero.

Otras veces, los alumnos participaban, no solo en la venta y distribución de ejemplares, sino en la búsqueda de nuevos sponsor y anunciantes, logrando algunos, entre ellos, promotores de estudios de idiomas en el extranjero.

Especial mención merece el “cuaderno electrónico de periodismo” que todavía hoy se puede encontrar un modelo en la Web y que permitía a todos los alumnos conocer los temas que debías preparar, comentar o estudias para su trabajo en el Aula y las futuras publicaciones.

Había también una sección especial de conciertos. A los redactores encargados de cubrirlos informativamente, se les confeccionaba un carné identificador que les permitía el acceso para realizar los correspondientes reportajes y entrevistas. Se solía asistir a los festivales “Campus Rock, Womad y  Mass Dance.

Los alumnos hicieron algunos viajes y en ellos realizaron trabajos de campo: En San José de los Llanos, se estudiaron las formas de expresión y los graffittis, el habla del campo y de la ciudad, En Puntallana, Visitaron la Casa Luján e hicieron un monográfico sobre el tabaco. En Las Palmas visitaron el Museo Canario y La Casa Colón, y llevaron la revista a los periódicos.

Se hicieron encuestas de carácter sociológico que posteriormente se publicaron;Síndrome de Burnod “el quemado”, la atmósfera escolar, el argot, los grafittis, un trabajo de etnomusicología que encuestaba a los extranjeros preguntándoles sobre la música popular de las islas etc.  

Publicación electrónica

A partir del numero 4 se empieza a publicar “El Vigía Web” [1] con alumnos de informática, los contenidos son los mismos que los de la revista impresa, pero cambia el formato y la presentación, se incluyen temas musicales, fotografía a color, nuevo diseño. Se mantienen las secciones y se mantienen los artículos el tiempo necesario para consultarlos y trabajar con ellos. Existen links con otras revistas culturales y se escribe sobre temas actuales de educación. Se agrupan sobre todo los artículos críticos,  críticas a la LOGSE Reformas etc., se incluyen secciones como: la sección de Libros nuevos

Volviendo a los contenidos, durante la primera década de existencia del Aula de Periodismo y la revista “El Vigía” se han tratado diferentes temas de enfoque literario, con producción canaria, desde comics hasta la narrativa canaria, profundizando en los fetasianos y en otros escritores y poetas canarios

Se ha trabajado bastante la sección de temas africanos y han mantenido correspondencia con alumnos de Senegal. 


Cambia la situación

En el curso 1998/1999 se produce un cambio en el sistema educativo que provoca la desaparición de la asignatura Periodismo y por consiguiente del Aula de Periodismo, que pertenecía al departamento de filosofía. Ahora, la asignatura optativa que la sustituye pasa a llamarse Taller de Prensa y corresponde impartirla al departamento de Lengua.

Sin embargo, dado que los alumnos de 2º y 3º de BUP del antiguo plan, continúan aun dos años más matriculados en el centro y  ello lo que salva momentáneamente al departamento de lengua de asumir las difíciles tareas que se le encomiendan, por tanto, se prorroga por el tiempo de dos años  la dependencia del nuevo Taller de Prensas al departamento de Filosofía, con lo cual la revista sigue editándose de igual forma que en años anteriores.

Durante ese tiempo se había previsto que el departamento de lengua se fuese integrando paulatinamente y fuese conociendo todo lo referente al funcionamiento óptimo del Aula de Periodismo. Pero no ocurrió así. El departamento se desentendió, quizá confió en que llegado el momento podría asumir la cesión de los cometidos sin problemas, no supo ver las dificultades que dicha tarea entrañaba.

 Ya, en los últimos números, anticipando la preparación de la asignatura optativa nueva, Taller de Antropología, se cambia de nombre al suplemento, pasando ahora a llamarse Señales.

Mientras tanto, se preparó el Nº 9 de”El Vigía”. La revista se había superado en cada edición, para este número se realizó un trabajo espectacular. A su presentación asistieron 3 Televisiones locales. El número contenía el especial Novela Negra. Se destapaba finalmente la figura, descubierta por “El Vigía”, de Pedro Debrigode, un escritor que nunca fue mencionado y que sin embargo fue autor de numerosas publicaciones, en el primer tercio del siglo pasado, sobre todo de los géneros comic y Novela Negra.

Los alumnos realizaron mapas del barrio Duggi, donde vivió el escritor en sus años de producción, y pudieron deducir los lugares que frecuentaba, las tertulias a las que asistía, sus amigos escritores con los que intercambiaba impresiones, etc. Siguiendo el mismo método, realizaron un mapa y radiografiaron la literatura en la isla en esa época.

El último número sale a la calle

Ya en el año 2001 se realiza la presentación del nº 8 de “El Vigía” , el Cabildo insular había dado dinero para los números 5 y 6, no así para el nº 7, aunque o este aun pudo salir, pero la negación de este organismo a seguir subvencionando la revista, puesto que al estar dentro del ámbito escolar, no tenía derecho a una subvención cultural; esto unido al cambio de programas que se produjo con los nuevos planes, lo que causó la pérdida de la asignatura al departamento de Filosofía, y por consiguiente, al profesor y director de la revista, provocaron, tras varios intentos de arreglar la situación desde el propio centro, que la revista fuese editada fuera del mismo.

“En el número 8 se hará hincapié en la Narrativa Canaria de los 50, un especial al recientemente homenajeado escritor de novela popular, el gran maestro del género Pedro Víctor Debrigode Duggi. También contará el próximo número con un trabajo pedagógico: La Escuela a Examen. Cuadernillo: Joven Jazz Europeo, El Cielo Buhonero y el puerto (texto sobre la visita a Senegal de Gato Gótico), La Pesca en Canarias, Congreso de Etnolingüística, Especial Santa Cruz, La Arquitectura de Oraá, La Filosofía de Foucault, El Racismo, El Pensamiento del Afuera etc.”[2]

En el 2001 se obtiene el ISSN para la publicación y se hace la presentación del próximo nº, el 8. En este número se puso un especial cuidado en su edición, la revista se presenta con el mismo formato, pero platificada y doblada por su mitad, en su interior se añade un CD de música étnica. El tema principal era El Periodismo. El Suplemento era Filosofía Último Milenio Todo costaba 8 euros, lo necesario para compensar los costes. El precio de los ejemplares anteriores era de 200 Pts.

Al año siguiente El Cabildo deniega tanto la subvención solicitada para el nº 8, como la del nº 9, ambas por la misma razón, es una revista de ámbito escolar y por tanto no puede acceder a una subvención cultural. Cuando esta noticia llega, la revista está para imprimir. En esta ocasión también se iba a doblar y plastificar, en su interior irían en esta ocasión dos bolsilibros, uno de Pedro Debrigode y Otro de la poeta Olga Luis. Se busca una imprenta que haga la edición por menos precio. Desgraciadamente la imprenta se arruina, aunque ya había impreso los bolsilibros y estos pudieron sacarse a tiempo de la imprenta. El nº 9 espera una mejor ocasión.

Ante esta situación, que no hay alumnos matriculados en el Taller de Prensa, que el departamento de lengua no ha sabido asumir el relevo correspondiente y que  El Cabildo Insular ha retirado la mayor subvención que recibía la revista, la continuidad de esta pasa por editarse fuera del ámbito del Instituto.

La única solución viable es editarla desde la Editora “El Vigía”, empresa integrada dentro de la Asociación Cultural Gato Gótico[3]. Quizás de ese modo se puedan obtener los recursos necesarios para continuar una labor que depende de las subvenciones y ayudas de los escasos anunciantes. Aunque para ello sea necesario sacarla del ámbito del Instituto, pero sin desvincularse totalmente, puesto que el Taller de Antropología puede beneficiarse de dicha publicación y todos pueden seguir haciéndolo en “El Vigía “Web


Secciones de la revista


La sección A Contraluz es una especie de “Editorial”, esta sección se utiliza también con fines educativos, en el taller se plantean trabajos con la teoría sobre las editoriales y se complementa con la comparación de editoriales de varios periódicos, su esquema, el orden que se colocan los argumentos para obtener el fin deseado etc.

La sección Objetivo se utiliza para tratar temas importantes, que sean de actualidad, como la globalización o la marginación

En la Sección de Periodismo se estudia el análisis del temario de los medios y la comparativa de medios.

En el suplemento Señales  se utiliza para los temas de  Antropología.

En el suplemento Filosofía último Milenio se trata, sobre todo, temas sobre globalización, diversidad, multiculturalismo y  post modernidad.


Después hay otras secciones estudios y trabajos sobre Etnomusicología. El Jazz en Canarias, otras sobre poesía canaria.

La revista, en la persona de su director,  asistió al Primer Congreso Nacional de Prensa y Educación, celebrado en Barcelona en el año 2002, los organizadores del congreso, subvencionados por Telefónica de España, habían comenzado su andadura hace 25 años, creando un modesto periódico, el del Centro de Comunicaciones y Prensa. Después hicieron las cosas bien y llegaron a estar donde están. Contaron con buenos apoyos. En esa ocasión se pudo comprobar que la revista “El Vigía” no tenía nada que envidiar al resto de las revistas expuestas en el congreso, es más, era uno de los mejores referentes de revista bien confeccionada.
 
El estado actual es el siguiente: El profesor, Roberto Cabrera imparte la asignatura Antropología y Sociedad y en ella sigue el esquema de una redacción, aunque solo se publica en la WEB. La publicación de la revista impresa espera mejores tiempos...

Logros

A lo largo de los 8 años de la experiencia, han pasado por esta aula unos 500 alumnos que han recibido este tipo de enseñanzas de la comunicación. Enseñanzas que en muchos casos ha servido, no solo para facilitar la comunicación de los conocimientos adquiridos, sino como salida profesional en unos casos y en otros como fomento de la vocación de periodista, que les condujo a emprender estudios de primer ciclo para posteriormente continuar su formación académica en esta Facultad de Ciencias de la Información.

”Muchos han estudiado Periodismo. Siempre ha habido una buena comunicación. Los programas  de la facultad se anuncian en el área, nosotros los tenemos en cuenta de manera preferencial, nos documentamos y, en gran parte, basamos nuestra enseñanza en ellos. Por su parte, nuestra revista está en la Hemeroteca. Otros han optado por una salida profesional, frecuentemente en los medios de comunicación. Se da el caso de un alumno con vocación militar, que no pudo superar las pruebas de acceso, pero que posteriormente ejerció el periodismo como profesión, como corresponsal de guerra. Cumplió su sueño” [1]

Conclusiones

Durante el largo decenio que ha durado la experiencia analizada, se han obtenido unos evidentes logros en lo que se refiere a la asimilación, por parte de los alumnos, de nuevas realidades que no están en los libros de texto, pero forman parte fundamental de nuestra cultura, la cultura de los medios, y en este sentido cabe destacar el esfuerzo en esclarecer realidades culturales que nos afectan de una manera más cercana. Los medios nacionales y locales rara vez profundizan en estas realidades, y revistas culturales como esta son el instrumento adecuado para darlas a conocer, no solo a los escolares, sino a su entorno más próximo.

Otro importante logro ha sido el crear en la inmensa mayoría de los alumnos que han pasado por esas aulas y talleres, la inquietud por las ciencias de la comunicación, facilitándoles en unos casos el acceso a puestos de trabajo y en otros la continuidad en unos estudios directamente relacionados con la experiencia comunicativa.

Los alumnos han aprendido, no solo las técnicas adecuadas para una buena asimilación de los conocimientos de actualidad que se publican en la prensa, sino un conocimiento integral de todas las funciones necesarias para la edición de las publicaciones, en definitiva un completo conocimiento de la empresa informativa.

Pero ¿por qué ha fallado la experiencia?  Existen varias causas: en primer lugar, es evidente que una revista de este calibre no puede salir a la calle sin los apoyos necesarios, sobre todo los económicos. La negativa del Cabildo Insular a seguir subvencionando la revista ha sido decisiva en ese sentido; otro motivo claro ha sido producido por el cambio de departamento, responsable de la nueva asignatura, que no ha sabido darle continuidad con los recursos existentes.
Todo ello nos lleva a concluir que no basta con el saber hacer, hay que estar dispuestos a trabajar duramente para obtener unos resultados que cumplan con unos mínimos de calidad, pero aun así, nada está garantizado si falla la financiación, por tanto, junto con el conocimiento de los procedimientos y la entusiasta dedicación, es fundamental la creación de un área encargada de garantizar la financiación suficiente para que este tipo de empresas tenga la continuidad que merece. Solo de este modo se pueden aprovechar los recursos, no solo para mantener la actividad, sino para cada vez ir adquiriendo cotas superiores, con  las que toda la sociedad pude salir mas beneficiada.
La prueba de lo anterior está en que otros proyectos, quizás de menos calidad y envergadura que el que estamos analizando, realizados en otras comunidades autónomas, han salido adelante al conseguir buenas financiaciones, en algunos casos millonarias, y se han desarrollado en una plenitud, que les garantiza la permanencia y les permite afrontar los retos del futuro de una manera más estable... 

  





BIBLIOGRAFÍA

LEÓN GASCÓN, José Antonio y otros: La comprensión de la prensa en contextos educativos. Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 1996
ANEXOS

1 Concesión de ISSN a la publicación El Vigía


2 Certificado del Secretario del Instituto Andrés Bello concedido a


3 Certificado de asistencia al XVI Congreso Nacional sobre Prensa y Educación

4 Certificado de distribución exterior, de Correos


5 Instancia Ha quedado descartada por la comisión pertinente del Excmo. Cabildo Insular

6 Publicación de la desestimación de solicitud de subvención por el jefe del servicio correspondiente.

7 Presentación el 7 de agosto del 2001 en la sala San Borondón, al cumplir 8 años


[1]              Roberto Cabrera





 



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