jueves, 9 de octubre de 2014

MALOS PRINCIPIOS NO PUEDEN TENER BUENOS FINALES

MALOS PRINCIPIOS NO PUEDEN TENER BUENOS FINALES

ESCRITO POR  PATROCINIO NAVARRO

Cuando observamos las motivaciones que condujeron en el pasado a guerras, genocidios, tiranías, conspiraciones, traiciones, vandalismos, opresión, esclavitud, saqueos, persecuciones, y otras formas bárbaras , con que una parte de los hombres agrede a sus semejantes, descubrimos algo sutil.
EN LOS PRINCIPIOS SE OCULTAN FINES Y FINALES

Cuando observamos las motivaciones que condujeron en el pasado a guerras, genocidios, tiranías, conspiraciones, traiciones, vandalismos, opresión, esclavitud, saqueos, persecuciones, y otras formas bárbaras o  sutiles de expresar el odio o la insensibilidad ante el “Otro”,  con que los hombres nos hemos agredido en los tiempos más remotos, podemos observar en primer lugar lo terriblemente actuales que son esos mismos  desmanes presentes desde el principio, desde  el Big-Bang del devenir histórico, que en términos espirituales conocemos como  La Caída, o aparición de lo humano como enfrentado a lo divino; la rebelión contra Dios de una parte de Sus hijos.

A partir de ahí comenzó no sólo  la densificación de la energía espiritual, que devino en materia, sino  la vibración a la baja  de la energía de  nuestras almas hasta vernos encerrados en un cuerpo material de energía densa, nosotros, que fuimos energía espiritual pura.

Ahora que  los dirigentes de la nación  estadounidense, los gobernantes más violentos del Planeta-  y quienes les apoyan con sus votos, su conciencia, sus recursos y sus soldados, (todos ellos disfrazados de salvadores globales); ahora que esta pandilla de gamberros internacionales dirigidos por el peor, cantan  su himno de guerra envueltos en jerga democrática pisoteando, como hacen los chicos malos de barrio, los derechos más elementales de todo ser humano, como el derecho a la propia vida, a la libertad y a la justicia y a disponer de los  recursos necesarios para vivir dignamente; ahora que el  sheriff  americano  se pasea por el barrio de un mundo sin fronteras gracias a sus dólares, sus aviones y sus chicos ignorantes  de barrio pobre reconvertidos en matones de película mostrando  su poder de destrucción y señalando como sospechosos de maldad  a aquellos que no siguen al jefe, podemos comprender mejor aquella historia de la pandilla aglutinada por el miedo, la baja autoestima, la admiración fatal al jefe, el deseo de ser amado por él, el placer de estar junto al poderoso, las deseadas ventajas materiales y la admiración que eso puede proporcionar perteneciendo al entorno del rey de los mamporros, pero ¿ a  quiénes…? A  los débiles.

 Gobierno norteamericano y aliados han conseguido que el mundo se divida entre los que se callan y otorgan, los que les siguen incondicionalmente, los que les siguen a regañadientes, los que les odian en silencio, pero con miedo a su enemistad, y aquellos  que perpetran actos terroristas  como forma de expresar su odio. Excepto a estos últimos, que les sirven de maravillosa   justificación para atacar a todo el barrio mundial, y restringir todavía más las libertades cada vez más escasas que permiten los “chicos malos” en sus propios barrios; excepto a los que ponen bombas o se auto-inmolan, repito, todos los demás han sabido encontrar el modo ( por miedo, por presiones, por sutilezas diplomáticas, por coacciones, por negocios, u otras razones de esa índole), para estar a bien con el jefe de turno de la pandilla y todos sus aliados.  Como sucede en todas las películas de mafiosos, aunque muchos no puedan ni ver al capo principal, y hasta se reúnan  en secreto para conspirar contra él, en cuanto éste  les llama uno a uno, o anuncia su visita, tiemblan por si les descubre el juego y se vuelven empalagosamente obsequiosos. De todo esto hay muestras diarias en la prensa. La política  es  un espectáculo vergonzoso.

 Del pensamiento único como teoría activa pretenden el Sheriff del Norte  y sus ayudantes  pasar a la voz única, y de esta a la acción única destructiva y al control definitivo del barrio mundial. A un pensamiento destructivo corresponde un sentimiento destructivo, y ambos son el motor que conduce a la acción destructiva. ¿Para poner qué en su lugar? Un mundo sometido a su poder destructor y cuyos recursos- mientras duren - estén bajo su control. Así de simple.

Las existencias y los recursos de todo el Planeta son cuidadosamente estudiadas por expertos en prestigiosas universidades con objeto de averiguar de qué modo y cuándo  pueden pasar a pertenecer o a ser administrados/ tutelados/ vigilados/ destruidos/ arrebatados o reconvertidos,- según el caso-,  por esos constructores del  nuevo orden mundial del silencio de los corderos, que no es más que el que codiciaban sus abuelos-ellos mismos más o menos a fin de cuentas- y por el que fueron embarcados hacia América desde el otro lado del Atlántico para que la nación inglesa prosperara y sus gentes pudiesen andar tranquilas por las calles de la metrópoli, mientras sembraban el pánico en sus colonias. Igualito que ahora hacen ellos con los suyos.

  Pero el problema por resolver no está, como casi  siempre, en el final, sino en el principio. En el principio, en la llamada Caída, hubo quienes creyeron que sólo el poder egocéntrico podría transformar a su antojo la Creación entera  a través de los pensamientos arrogantes que dividen y separan. Ahora ese tipo de pensamiento lo vemos convertido en Historia, donde minorías poderosas  encumbradas  por medio de la astucia, la mentira, la doble moral, los puños y los fusiles  pretenden ser Dios en este mundo y hacer y deshacer a su antojo para compensar con sus riquezas y poder  la falta de amor de sus conciencias. En el caso de los EEUU, hubiera sido hermoso para el Sheriff y su séquito destructor, -y bueno para todos  hasta ahora mismo- el haber compartido con los indios, y sucesivas minorías más tarde, los bisontes, los caballos, las vacas, los territorios sagrados de las praderas y el espacio del viento sobre los mares de hierba azulada en lugar de pretender apropiarse de todo eso atentando contra las vidas y derechos de todo el mundo. Sin duda el futuro les pasará una doble  factura por todo eso: en sus conciencias y con el  Planeta al que agreden por tierra, mar y aire.

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