miércoles, 12 de noviembre de 2014

AQUÍ...

AQUÍ...

DUNIA SÁNCHEZ

Qué haces aquí, me pregunté.  Embelesada en el surcar de una tarde ceniza con la mudez de las aves me retuerzo sobre cadenas que respiran calma. Aquí, aquí…Frente una ventana donde la luz rancia de las horas cae con la rapidez de un relámpago. Lluvia que viene con su sonora canción. Me adormecerá. Me entregaré desnuda hasta que la danza de los fuegos al amanecer sosiegue su ritmo. Así como amantes perfectas girando y girando  con los ecos del paso del tiempo. Un tiempo que te hace crecer hasta envejecer. Miro mis manos. Observo sus movimientos.  Y las alas del agotamiento vienen a mis pequeños pies que pisan y pisan cenizas. Lastimada. Dolida. Tal vez sean las palabras…Ay el cansancio con sus plumas de buitres viene hasta mí y yo danzo y danzo como ser del vacío, como ser de la oscuridad.
               YY: Venid. Venid que ha empezado la danza de la lluvia que se nutre de fuego, que se funde por aceras contaminadas donde el auge de la pena retumba.
            XX: No. No queremos albergar la desesperanza desenterrada de tus entrañas. Guárdala ahí. Ahí donde nadie la vea.
     YY: Venid. Venid que el despertar del llanto ahoga el mañana. Los mismos pasos. Los mismos rostros opacos. La misma raja sobre mi pecho. Me siento herida. Loba que huye por las sendas de denso bosque en busca de su negra guarida. Fango. Lodo. Y el llanto…el llanto.
XX: No. No iremos. Aquí estamos bien. Sí en este rincón donde la brisa otoñal nos anuncia de la existencia de un lago donde los cuerpos engendran alegría.
  YY:  Venid. Venid. No hay sueños. No sueño. En vela cuento los suspiros que alzan como barcas vacías sobre un mar extraño. Y me dejo ir. Ir a la deriva hasta encontrar la luz. Esa que te emancipe de este fiero castigo. La nada. La nada…¡la nada¡
Qué haces aquí, me pregunto. Sola. Sola en  esferas que indagan el por qué de esta tristeza. La respuestas se presentan con telón de acero que me aparta, me aparta al sin sentido. Quizás vuelva otro día frente a la ventana. Quizás otro día cualquiera encuentre la solución. O tal vez no. Estaré saltando, brincando, distanciada del gemir y gemir.

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