lunes, 17 de noviembre de 2014

“TINELLI Y FEINMANN, CONTRACARAS DE LA CULTURA”

“TINELLI Y FEINMANN, CONTRACARAS DE LA CULTURA”

EDUARDO SANGUINETTI, FILOSOFO

José Pablo Feinmann, portavoz de la cultura oficial, en degradado discurso de barricada, intentó decir "algo" acerca del premiado hombre de la cultura de la "culoracia": el mesías inverso, Marcelo Tinelli.
Las expresiones de este escritor del oficialismo, proyectando sus miserias, en lenguaje soez, mediocre y opaco, me llevaron de inmediato a escribir esta columna a modo de testimonio, cual ‘acto de vida’, en desfavor ‘del montaje de la historia de la cultura de este milenio’, en sintonía con el espectáculo degradante, de los programas de TV, del conductor Tinelli.

Prácticas especulativas, como los intentos de Feinmann en su rutina de lanzar una retórica desgastada, legitimidando la ficcionalización de la historia de `nuestra cultura`, fraguada en el fogón de discursos reduccionistas y autoritarios. en sintonía con las ideologías de ocasión, presentes en los autodenominados intelectuales rentados por el poder omnímodo, que intentan, sin pudor ante la ausencia de resistencia de la legítima `inteligentzia`, inmortalizar acontecimientos que jamás ocurrieron.

Según Feinmann, ShowMatch “no tiene nada que ver con la democracia” porque la democracia “requiere de ciudadanos lúcidos, de ciudadanos que sepan valorar el pensamiento, la cultura”… sin dudas la democracia procedimental, que debemos soportar los que resistimos al poder de los peores, en funciones trascendentes al quehacer de una nación, sólo precisa de ciudadanos en acto obligatorio de hacer uso de un solo derecho: votar a su verdugo… este trasnochado escritor oficialista, pretende convencer a un pueblo, ya de por sí al margen del acontecer cultural inexistente de este tiempo, de que nuestra denominada ¿democracia?, está nutrida de principios operados en prácticas donde la cultura ocupa un sitial de honor… deviene manifestar, que tanto Tinelli como Feinmann, jamás debieron ser galardonados como referentes de nuestra cultura…espero Feinmann devuelva el galardón otorgado por la generosa y solidaria legislatura porteña, como manifestó de manera grandilocuente.

El argentino no tiene en el presente, ni siquiera un espacio para imaginar su identidad, ante el desparpajo de los que dictan sobre nuestras existencias, y logran rescribir por decreto, nuevamente una historia de la cultura argentina, hecha y deshecha en infinidad de intentos, de encontrar la medida, un lugar donde instalar a los innombrables, elevados a categoría de dioses del Olimpo.

Por supuesto coincido en que el premio a Tinelli es un escupitajo a los grandes hombres que construyeron y operaron en nuestra cultura, una burla siniestra.

Suturando esta noticia de lo dicho por Feinmann, que será historia, con imágenes de candidatos del oficialismo peronista y de la oposición peronista,  plasmada en miles de afiches, que empapelan Buenos Aires en estos días, tuve una sensación de hastio en situación kafkiana, desde un ángulo desconocido, pues ya no guardo la esperanza de que se pueda construir una existencia coherente, a partir de una ficción, que el poder peronista nos obliga a transitar, con decretos que pretenden fundar una ‘historiola’ argentina, condenada a imaginar un pasado fabulado y determinado por un grupo de escritores amateurs, con trayectoria dibujada en Hollywood o Lumiton.

Llamo a transparentar y accionar, además de la ’boutade’ de cómo hacer cultura, sobre urgencias reales: Argentina hoy solo es paisaje, un destino exótico para turistas de todas las latitudes, para invertir y consumir, con índices de mortalidad infantil enormes, enfermedades endémicas, millones de hectáreas de soja fumigadas con veneno en desmedro de la salud de los habitantes de la tierra, junto con una densidad de un habitante y medio por kilómetro cuadrado, en todo el territorio nacional…nada ha cambiado desde hace dos siglos. Transitamos un presente, que será historia y que debe ser tratado con las ‘urgencias de un recién nacido’.

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