miércoles, 20 de mayo de 2015

UN TUL...

UN TUL...

DUNIA SÁNCHEZ
Un tul purpureo envuelve los sentidos, yertos con el auge de la jornada. Caminamos por serpenteantes laberintos en búsqueda de la verdad. Hallamos piedras negras, piedras blancas que nos guían por la senda de la realidad. Un llanto parece que sintoniza con nuestro encuentro. Hogueras de nostalgia nos invade con el ir y venir de imágenes que se expansionan en nuestro recorrido.  Te cansas. Te agotas. Desfalleces, arrancas el traje que llevas puesto. Un traje a rayas con la verticalidad del sol y con tu desnudez amaneces en una llanura donde margaritas danzan a son de los silbos de las aves. Te preguntas que haces aquí. No lo entiendes. Tus lágrimas irradian luz, destellos que pétalos caídos asumen como suyos. Te echas a correr y correr, travesía entre la verde hierba y  algún que otro árbol. De repente la bruma, una bruma que cae sobre tus ojos abiertos. Buscas la salida, alas de mariposas te acompañan, siguen tu paso. No sabes a dónde vas. Te da lo mismo. Cuevas que se tornan mensajeras de las telas de arañas que amputan tus pisadas. Te sientas. Y dices sentirte bien. Sí, en esa distorsión de la vida que avanza. Pájaros de colores se posan sobre tu hombro.  Pájaros que van y vienen y por dentro te sientas vivir. Te entregas a la brisa y vuelas y vuelas donde la imaginación alcanza lo inexistente.

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