miércoles, 10 de junio de 2015

LA CLAVE ESTÁ EN VENEZUELA


APORREA
El pasado 05 de junio, el ciudadano colombiano Felipe González, ex presidente del Estado Español y reconocido vocero del capital imperialista global, a quien JM Santos le ferió la ciudadanía colombiana el 03.12. 2015, se hizo tomar una foto demagógica (basta verle su incomodidad) con unos indígenas vestidos de arahuacos y con el presidente JM Santos. Estaban en el congreso del partido de gobierno La U.
En esta oportunidad, el creador durante su gobierno,  (1983-1987) de los grupos para militares antiterroristas de liberación (GAL) encargados de ejercer el Terrorismo de Estado en España contra el grupo separatista Vasco ETA, vino a darnos lecciones de democracia y a ponerle plazos al proceso que se desarrolla en la Habana: Señores de las Farc dijo- “Ustedes (no dijo vosotros renunciáis sino Ustedes) renuncian a las botas y veremos cuántos votos recogen; yo creo que si fuera hoy, poquitos”,  y a continuación agregó lo que considera debe ser el fin de la mesa de la Habana: - “La única transacción posible es que ustedes se incorporen a la lucha política y renuncien a la lucha armada”, concluyó. (Verhttp://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/expresidente-de-espana-felipe-gonzalez-envia-mensaje-a-farc/15902336)
 Si la esencia de las cosas fuera obvia, no habría necesidad de la ciencia, según lo enseña el Marxismo. La esencia de este apresurado ultimátum que nuestro ilustre compatriota les hace a los delegados de Farc en la Habana, obedece a que España, desde la época del gobierno pérfido de Pastrana, se ha convertido (después de los EEUU) en el segundo inversor de capital trasnacional en Colombia.
Pero no es todo. “Felipillo pillo” como lo llaman cariñosamente los millones de sus electores del PSOE que dejó huérfanos de su genial liderazgo y quienes hoy lloran su democracia bipartidista, hace una parada obligatoria en Colombia mientras continua hacia Venezuela para reunirse con la llamada oposición a Maduro, y a coincidir con los ex presidentes Pastrana de Colombia y Jorge Quiroga de Bolivia en su campaña desestabilizadora del gobierno legalmente constituido en la patria chica de Bolívar.  
Es una campaña desestabilizadora que viene de antes; recuérdese el viaje que hicieron el 26 de Enero 2015 a Venezuela, para reunirse con la oposición a Maduro, los expresidentes del pacto del Pacifico Piñeira de Chile y Felipe Calderón de Méjico, junto con Pastrana. Es la presión política internacional que está ejerciendo  el Departamento de Estado a través de sus aliados neoliberales alguna vez presidentes de sus países, contra lo que el presidente Obama ha denominado “amenaza a la seguridad nacional de los EEUU” (10.03.2015)
Pero ha surgido en público y abiertamente un nuevo interés para completa el nudo de contradicciones que se intenta destrabar en la mesa de la Habana y,  vuelve a poner la luz de la linterna sobre Venezuela: La premura del capital trasnacional que representa don Felipe González, para desarmar a las Farc y dejar sin guerrillas las zonas petroleras, mineras, agro cultivadoras, etc, y que como lo hemos dicho son las Compañías Trasnacionales que constituyen una de las 10 ruedas dentadas del Bloque de Poder Contrainsurgente (BPCi) dominante en Colombia, que no ha entendido o no ha querido entender que hay en curso dos procesos  simultáneos y con la misma meta:
Uno, para finalizar mediante acuerdos el conflicto armado que es lo que se está desarrollando en la Habana y otro, el proceso de movilización social y de unidad amplia y democrática que se está dando en la praxis en calles y carreteras de Colombia, entre las mil y una organizaciones populares movilizadas en torno a la realización de las reformas estructurales indispensables para construir una Paz con justicia social, democracia y soberanía. En breve; Uno, fin del conflicto armado, y otro,   construcción de una verdadera  Paz democrática y popular mediante la movilización social.       
El  interés de González, coincide plenamente con la pretensión militar del Comando Sur del US Army, como lo analizábamos en un artículo pasado  http://anncol.eu/index.php/opinion/item/596-alberto-pinzon-sanchez , para no encontrar ninguna resistencia irregular armada en la extensa y caliente frontera colombo venezolana, a la hora que se decidan por tomar militarmente el complejo petrolero de Maracaibo y llevarse a Diosdado Cabello a quien han acusado de narcotraficante, tal y como lo hicieron con el panameño Noriega en 1989.
Todo lo cual me remite al ensayo del filósofo húngaro Georg Lukács  titulado “Lenin la coherencia de su pensamiento” (1) escrito poco después de la muerte de Lenin con el fin de polemizar sobre las vulgarizaciones del Marxismo que se estaban dando en esas fechas. Lukács, en el último párrafo y casi que como conclusión general, escribe algo tan actual como diáfano, que no puede evitar no citarlo en extenso:
(…..) “Lenin  debe ser estudiado por los comunistas  de manera similar a como Marx fue estudiado por Lenin. Hay que estudiarlo para aprender el método dialectico. Para aprender a encontrar lo particular en lo general y lo general en lo particular gracias al análisis concreto de la situación concreta; a encontrar en el momento nuevo de una situación lo que vincula al proceso anterior y en las leyes del Proceso Histórico lo nuevo que va surgiendo una y otra vez; a encontrar en el Todo la parte y en la parte el Todo; a encontrar la necesidad de la evolución el momento de la acción eficaz  y en el hecho la necesidad del proceso histórico. El leninismo implica un nivel de pensamiento concreto, del pensamiento no esquemático ni mecanicista no alcanzado hasta la fecha; un pensamiento enteramente vertido a la Praxis. Conservar esto es la tarea de los leninistas. Pero en el proceso histórico tan solo puede conservarse aquello que está inmerso en una evolución llena de vida. Y semejante conservación de la tradición leninista es, actualmente la tarea más noble para todo aquel que verdaderamente asuma el método dialectico como arma en la lucha de clases del proletariado”.
1.       Lukács Georg. Sobre Lenin. 1924-1970 Colección 70 Grijalbo. 1974. Página 130.        

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