viernes, 25 de septiembre de 2015

POESIAS CON HUMOR

¿BAILAMOS MADRE?

Luis Castro Pérez
Paséme varias horas en espera
de sacarte a bailar alguna pieza,
cautivado en verdad de tu belleza
y tu extraña mirada lisonjera.
Y cuando al cabo y fin tuve manera
de acercarme galán hasta tu mesa,
diseñé alguna frase con fineza
para decirte en mi ilusión postrera.
Y habré de confesar sin más reclamos,
aunque la pena el pundonor taladre,
que al acercarme por aquellos tramos,
con la pose mejor que más me cuadre,
te dije: "Madre pura, ¿La bailamos?"
y dijiste... "¡La bailamos pura madre!".

CUATRO PLACERES
Yo encuentro en el vivir cuatro placeres
con los cuales en serio que la gozo:
El primero, y quizás el más hermoso,
es el placer que brindan las mujeres.
El segundo, que son mis menesteres,
es el mayor deleite del goloso;
y bien entiendo que comer sabroso
son dichas generales de los seres.
El tercero, misión del vagabundo,
es la gloria exquisita que se obtiene
de dormir con el sueño más profundo.
El cuarto y último placer conviene
lo deduzcan contrario del segundo,
el cual yo no lo nombre por higiene.

EL CENSO
Mal enterado estuvo mi vecino
quien festejó con pompa y alegría
lo que supuso público "su día"
¡Y bebióse catástrofes de vino!
Se festejó de modo tan genuino
que lo escuché que sin rubor decía:
¡Arriba y viva yo, que hoy es mi día!
... Y su felicidad me la imagino.
En sarcásticas burlas me desbordo
y una vela prendida con incienso
he de ponerle a mi vecino gordo.
Se supo que la fecha fue del "Censo",
pero el hombre que está ya medio sordo,
oyó que le dijeron que del "menso".
¡POR ELLAS!
Cuando en su boca de cristal las beso,
un raro instinto me conduce todo
a levantar con entusiasmo el codo
y su aliento libar con embeleso.
Y sin saber por qué me quedo preso
de lo suyo más íntimo, de modo
que en el idioma el término "beodo"
por mis reacciones se inventó por eso.
Su ausencia prolongada no soporto
y convertido en músico por ellas
como artista y cantante me comporto.
Perdido el equilibrio, a las estrellas
y a las constelaciones me transporto,
todo por el licor de las botellas!

A MI QUINCENA
Eres sin duda la que adoro más,
y a pesar de que tanto te venero,
me resultas infiel el mes entero
y con todos muy rápida te vas.
Te fuiste ayer con el que trae el gas
y mañana vendrá por tí el casero;
no le fallas a Sancho tu lechero,
mientras conmigo casi nunca estás.
Por tí estoy caducando y me fatigo
y a pesar del esfuerzo y de mi pena
apenas un instante estás conmigo.
Y aunque flaca te siento y nada buena,
con toda tu anorexia te bendigo,
miserable y paupérrima quincena.

LA ORACIÓN DEL BUEN ALUMNO

Hazme señor que en la clase,
aunque me duerma o distraiga,
aunque me aburra o me atrase,
yo al profesor bien le caiga
y aunque repruebe, me pase.
Dame Señor, la experiencia
para copiar con mi concha;
y ponle de penitencia
que si el maestro me poncha
le remuerda la conciencia.
Ruego al apóstol San Pablo
logre pasar esta prueba;
y por mi beato vocablo
si el profesor me reprueba
que se le aparezca el diablo.
Evita, en fin, mi fracaso
iluminando mi mente;
si a reprobar voy acaso,
¡oh, Señor, Omnipotente,
pásame Tú de panzazo!
Señor: te pido que estéis
con tu humilde feligrés;
y ya tú mismo lo veis
que no te pido ni un diez,
pues me conformo con seis.
Señor, mi súplica externo
desde tu iglesia terrena;
Señor, piadoso y eterno,
que si el maestro me truena,
¡mándalo pronto al infierno!
EXCLUSIVAMENTE SEÑORITAS

En la calle San Vicente,
por el templo de Expiaciones,
se le anunciaba a la gente:
"se rentan habitaciones,
señoritas solamente".

Inés que lo necesita
dijo retearto contenta:
"voy a rentar una ahorita,
a ver si no se dan cuenta
que ya no soy señorita."

EPIGRAMA

Llegó un borracho a una esquina
y dijo con gran merced:
"¡qué gente tan malandrina,
ya doblaron la pared!".

LOS ESPEJOS DE HOY

Impotente y fatídico me quejo
confirmando sospechas asquerosas:
qué malhechas construyen hoy las cosas,
y no como antes con tan buen manejo.
De cuánta calidad era lo añejo
teniendo construcciones cuidadosas,
en cambio ahora son tan defectuosas
como este ejemplo básico: ¡Mi espejo!
En los espejos de antes me veía
lleno de juventud, medio travieso
y una figura esbelta aparecía.
En cambio en los de ahora, les confieso,
al contemplar allí mi anatomía,
luzco ojeroso, viejo y hasta obeso.

LAS PROFECIAS MAYAS

Aquel que no se muere se desmaya,
pues dicta sin piedad la profecía
que el mundo acabará ya pronto un día:
¡ Escrito está en el calendario Maya!
Y por si acaso a suceder lo vaya
decidí con notable valentía
que lo poco que quede todavía
lo habré de disfrutar con buena talla.
Habré de dedicarme a todo goce
y todo sin medida, con excesos,
hasta que todo lo moral destroce.
Al fin y al cabo en los escritos esos
se dice que en diciembre, dos mil doce,
todos los vivos quedaremos tiesos.

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