lunes, 19 de octubre de 2015

PARA HERENCIA LA QUE VA A DEJAR RAJOY

PARA HERENCIA LA QUE VA A DEJAR RAJOY

VICENTE CLAVERO
Hay que tener mucho cuajo para seguir escudándose, a estas alturas, en la herencia recibida. Pero el Gobierno parece empeñado en hacerlo, según quedó confirmado en la sesión de control celebrada esta semana en el Congreso. Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos volvieron a quejarse de la situación económica que dejaron en 2011 los socialistas. Como si los quebrantos que todavía padecemos los españoles fueran ajenos a las decisiones tomadas por ellos mismos durante los últimos cuatro años.

Esta última apelación a la herencia recibida vino a cuento (es un decir) del varapalo que la Comisión Europea ha dado al Gobierno por sus Presupuestos Generales del Estado para 2016. Unos Presupuestos que Mariano Rajoy ha querido dejar hechos antes de las elecciones del próximo 20 de diciembre, con el único propósito de utilizarlos como herramienta propagandística. De ahí su empeño en rebajar algunos impuestos y abrir la mano con el gasto, después de una legislatura llena de sufrimientos, aunque no para todos por igual.

En Bruselas no se han creído que los pomposamente llamados “Presupuestos de la recuperación” permitan cumplir los objetivos de reducción del déficit público y han advertido de que será necesario hacer sobre la marcha ajustes adicionales por la nada despreciable cifra de 10.000 millones de euros. Esa tarea puede que le corresponda a otro Gobierno del PP (del que Dios nos libre) o puede que no, en cuyo caso el sucesor de Rajoy en la Moncloa deberá apechugar con un legado tan poco apetecible como el que él recibió.

Los 10.000 millones de euros, además, serían sólo parte de la herencia, que incluye una deuda pública superior al 100% del PIB y la España con mayores desigualdades de los últimos tiempos. Porque lo triste de las políticas del PP es que no sólo no han servido para que el Estado suelte lastre, sino que le han obligado a recurrir masivamente a la financiación ajena, debido a la falta de pulso de la economía. Con el agravante de que, mientras tanto, la gran mayoría de las familias se veían también cada vez más empobrecidas.

Eso no lo digo sólo yo, sino que lo ha denunciado incluso un organismo al que no se conoce precisamente por su vocación social, como el FMI. Lo cual constituye una muestra inequívoca de la absoluta falta de sensibilidad de los dirigentes políticos que los españoles venimos soportando desde diciembre de 2011 y sería motivo suficiente para que se fueran a sus casas llenos de oprobio en cualquier país medianamente digno.

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