lunes, 10 de octubre de 2016

COLÓN DESCUBRIÓ LO PEOR DEL SER HUMANO

COLÓN DESCUBRIÓ LO PEOR DEL SER HUMANO

POR: SUSANA ANDRADE
Reflotamos el tema cambio de denominación al 12 de octubre en comisión del Parlamento, aunque el nombre sugerido no convence a legisladores participantes en su totalidad, y reflexionan acerca de preguntarle a la población. Es democracia de cercanía y todas las consultas son de recibo. Mientras tanto, el Día de la Raza sigue existiendo en Uruguay. Nombre racista que ha sido sustituido por denominaciones más fieles a la verdad en muchos países hermanos.
Colaboraremos en la medida de nuestras posibilidades en este tema que nos involucra como sociedad en busca de su historia fidedigna, para mejorar el futuro no solo, no cometiendo los mismos errores, sino aprendiendo de ellos.
Ya han concurrido muchos invitados a la Comisión de Legislación de Cámara de Representantes a hacer sus aportes y sugerencias, entre ellos académicos y colectivos vinculados. El nombre en discusión y el que consta en el proyecto de ley original de 2012 -Día de la Resistencia Indígena y Afrodescendiente- fue acordado por las comunidades afro y originarias organizadas.
El término “resistencia” como bien lo definiera el diputado Pablo González en una de las reuniones, refiere a resistencia cultural. De lo contrario no habría tradiciones, vocablos, modismos, religión, culinaria y otras expresiones culturales. Y hay muchas. Un milagro, dada la violencia casi hasta el exterminio del que fueron víctimas estos grupos étnicos.
En estas circunstancias, se verá el mecanismo idóneo para la consulta si se hiciere, tratando de que sea lo más fiel y amplia posible. Mucha gente puede querer opinar, es lógico y sano. Es un tema que atañe a toda la ciudadanía aunque las víctimas de ese proceso fueron dos poblaciones en ese contexto histórico: indígenas y africanos que sufrieron los efectos directos genocidas y etnocidas de la infame “conquista”, el sometimiento a nativos y luego de diezmada esta población, la trata transatlántica de africanos para usarlos como mano de obra esclava y así amasar fortunas que consolidaron el capitalismo monarca del sistema neoliberal actual, en la triangulación más canalla y asesina que cuenta la historia.
Debido al hermanamiento en la desgracia colonialista se pensó el nuevo nombre con la impronta afro e indígena.
Son datos de la realidad: los europeos invasores devastaron al que llamaron “Nuevo Mundo” hasta no poder más de avaricia, en un hecho que hoy es tipificado como delito de lesa humanidad. Los imperialistas se ensañaron en su ambición de riquezas y territorios, y Colón lo que descubrió en realidad, fue lo peor del ser humano.
El asesinato de Bernabé Rivera, que engañó a los charrúas reducidos y emboscados para asesinarlos a sangre fría, en todo caso, si no pudiera ser catalogado de defensa propia, por lo menos sería justicia por mano propia. Porque ¿quién instaló la barbarie en tierras charrúas?
Claro que es necesario convivir, aunque la desgracia de la colonización de Europa en América nunca terminará en sus efectos nocivos de inequidad social y un imaginario contaminado del concepto de jerarquías culturales.
Ojalá se dé el debate en el Parlamento y en los ámbitos que sea necesario, y encontremos un mecanismo adecuado para el planteo público. En este cambio no hablamos solamente de un nombre, está en juego un sistema de valores de verdad, paz, justicia y derechos humanos que no queremos resignarnos a perder, y que aplicado a este caso mejoraría notoriamente la calidad de nuestra democracia.
Convivencia no es perder la memoria.
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