domingo, 11 de marzo de 2018

ILMO. COBARDE


ILMO. COBARDE
J.M. AIZPURUA
Ya son muchos años de observar las reptantes maniobras de dirigentes canarios, a las que nunca podré acostumbrarme, pero la que mantiene un ilustre chicharrero (postizo como yo) para no enfrentar sus responsabilidades, no debe pasarse por alto y sus votantes, deben recordarla en el futuro.
Su basura de argumento para no cumplir la Ley clama a los cielos canarios:
¿Puede haber valores artísticos que justifiquen el delito?
Según usted, un “gran escultor” es coartada suficiente para exhibir una obra en la calle de todos, en homenaje a los ingenieros de la cámara de gas nazi, o los carceleros de Mandela, a un famoso pederasta, al estrangulador de Londres, o al esclavista marqués de Comillas.
Y lo peor es que esa obra que defiende es una inmensa horterada, de autor mediocre y fascistizado, obra que repugna a los demócratas europeístas y ampara a los fascistas vergonzantes.
Por solidaridad corporativa con su antecesor, José Carlos Schwartz Hernández, alcalde democrático en 1936 paseado y “desaparecido” de Paso Alto por los fascistas que alzaron el monumento que usted mantiene, y por ser coherente con la Historia, debiera derribar el monumento al Golpe de Estado y poner en su lugar una placa de recuerdo al alcalde ejecutado; eso sería justicia histórica, y continuar nuestra isla con la trayectoria democrática iniciada en la República y que el dictador fascista interrumpió durante 40 años. Los jóvenes canarios deben saberlo.

Sus chapuzas, chanchullos, cambalaches, eso que ustedes llaman “política” (nada más lejos) le impiden dar la cara y afrontar el nuevo tiempo de la Historia, y en su ciudad mantiene a los niños en colegios de nombres fascistas y entrando a sus clases bajo el escudo fascista de yugo y flechas. ¡Que esperpento! ¿Qué ciudadanos de futuro está usted potenciando?
Señor alcalde: aprenda historia. Su ciudad fue golpista y hubo muchas víctimas democráticas y leales al Gobierno. Hoy ya es un nuevo día, democrático y europeísta, y el nacional catolicismo fascista es objeto de museo, no de culto callejero. Sea honrado y acabe con las miserias de esta ciudad y de una oportunidad de superación y conocimiento a sus jóvenes estudiantes. Sus abuelos fascistas pudieron equivocarse, pero ellos no deben ser presas del pasado.
La guerra no la ganó nadie: la perdimos todos.
(Dedicado con todo mi desprecio democrático a José Manuel Bermúdez Esparza).


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